“Un sueño, de sueños”.
Un día, me animé a mandar una carta con palabras muy sentidas.
Sin esperar respuesta alguna; para mi sorpresa, casi inmediatamente recibí un agradecimiento.
Ese gesto tan sincero despertó en mí, el interés por hacer que conozcan a “Los Murciélagos”; un grupo de deportistas, con grandes habilidades y buen corazón.
Y qué mejores compañeros podría tener en este viaje, que al grupo de pequeños con los que convivo a diario.
Su interés y preocupación por descubrir su mundo, fue creciendo. Juntos transitamos un camino que creo, macaría por siempre nuestras vidas. Realidades distintas que se juntan, y que a la fecha comparten tantas cosas.
Hoy mi sueño, de hacerlos conocer como deportistas, superó cualquier expectativa.
Porque hombres como ellos nos enseñaron más que eso.
Todo lo vivido hasta hoy es imborrable para todos. Recorrimos mucho camino juntos, pero aún nos queda mucho más por recorrer.
Pasito a paso se nos fueron acercando otras propuestas que nos llenaron de interés.
Seguiremos soñando con el paso del tiempo otras cosas, pero esta vez con otra mirada, la mirada de la vida.
Gracias por permitirnos formar parte de sus vidas.
Gracias por mostrarnos que existe una realidad, tanto o más valiosa que la conocida, y gracias aún más por acompañarnos en nuestro crecimiento, manteniendo la ilusión de que puede existir un mañana mejor, más justo e igualitario.
Soñar no cuesta nada. Lo milagroso de ese sueño es que, cuando uno despierta, él se hace realidad.
Que el sueño que alguna vez compartí perdure en el tiempo, tanto para los chicos como para los adultos.
Eternamente agradecida. .
Dedicado a ese grupo de
futbolistas, campeones de la vida. Sandra, Maestra de 3º grado
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